El Correo de Andalucía
Ismael G. Cabral
25-03-09
Siempre hay algo que hacer en la sede de la Asociación Sevillana Amigos de la Ópera. Su nuevo presidente, el arquitecto Florentino del Valle se ha propuesto, por medio de un detallado programa, conseguir que la modesta organización ayude a continuar extendiendo la pasión por la lírica.
Cuando a mediados de los 80 el Teatro de la Maestranza era todavía un proyecto acariciado por la Expo’92 y contemplado por parte de algunos políticos con no pocos ojos críticos en una ciudad inspiradora de óperas pero sin tradición de representarlas, nadie imaginaba entonces las inmensas colas que generaría el coliseo años después, el creciente número de títulos que iban a ofrecerse y hasta el nacimiento de una asociación que velara por la difusión del género.
En 1990 surge la Asociación Sevillana Amigos de la Ópera (ASAO) y Florentino del Valle, hoy, es su reciente nuevo presidente. Con 540 socios y una modesta cuenta bancaria, el máximo responsable de la organización tiene tres objetivos claros: “Conseguir hacernos más visibles en la ciudad, potenciar el contacto con las instituciones e iniciar colaboraciones con los colegios para adentrar a los niños en el mundo de la ópera”, afirma. Luego, en la carpeta de las ilusiones hay otras metas, como “convencer al Ayuntamiento para que recupere el festival popular de ópera que durante varios veranos se hizo en el Palenque”. Ésta y otras iniciativas, son para Del Valle, un síntoma claro de que “ni la ASAO es elitista ni tampoco lo es la ópera, el espectáculo más completo que se puede ver”, según cuenta este entusiasta de un género que, asegura, no tiene competencia con ningún otro.
Otro caballo de batalla es la gente joven. Las plateas se avejentan y la cacareada renovación del público todavía no se percibe con claridad. “Si la juventud no va a la ópera es porque no está acostumbrada a escucharla pero no por los precios ya que un concierto de pop o un partido de fútbol puede tener entradas mucho más cara que una Traviata”, afirma. Sin embargo, tampoco ve en ello motivos para el pesimismo, “cada espectáculo tiene su público, en el siglo XIX lo que veía la gente era ópera al no haber ni cine ni mucho menos televisión”.
Al contrario que ocurre, por ejemplo, con los Amigos Bilbaínos de la Ópera, que programan la temporada lírica, el Maestranza decide sus contenidos de forma unilateral. “Tenemos buena sintonía con ellos, estamos muy contentos con la heterogénea programación del director artístico, Pedro Halffter, y aunque no nos consulten, nosotros opinamos y estamos seguros de que algo queda”, concluye.
En este enlace puede visitar la página web de la ASAO.
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