El Correo de Andalucía
29-03-2009
Las seis funciones de La fanciulla del West de Puccini, aclamadas por crítica y público, han traído al Teatro de la Maestranza no sólo uno de los más grandes éxitos artísticos de sus 15 años de historia, sino la confirmación de todo un hito técnico que, aunque invisible para el público, resulta decisivo.
El estreno de esta ópera ha supuesto la plena entrada en funcionamiento de todas las potencialidades de la nueva maquinaria escénica. El complejo proceso de ampliación y reforma interna que el teatro iniciara en el verano de 2005 ha culminado con la entrada en funcionamiento del sistema de plataformas horizontales deslizantes que permite al equipo técnico del teatro afrontar los cambios de escenografía rápida y mecánicamente.
El sistema de plataformas, gestionado por el software Fígaro Linux, se puede controlar fácilmente desde tres puntos distintos para mayor funcionalidad. El mecanismo es parecido a un enorme puzzle dividido en tres secciones que desliza las escenografías desde los laterales hacia el centro y, desde éste, frontalmente hasta el escenario de unos 800 m2.
Así, cuatro carras desplazan los decorados a través de un delicado sistema de piñones que, en su encaje, sólo acepta un margen de error de 2 milímetros. La delicadeza de la operación de avance de los decorados estriba en el hecho de que en la obra de Puccini se han desplazado, sólo en el primer acto, 50.000 kilos de peso.
Gracias a esta inversión, la actual chácena, que tras la reforma ha triplicado su espacio se ha convertido en la más grande, en horizontalidad, de cualquier teatro de ópera de España. Su inmensidad promete grandes efectos escénicos en profundidad y perspectiva. Además, este nuevo sistema permite el montaje simultáneo de dos óperas.
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