ÓPERA EN CONCIERTO
«Los pescadores de perlas»
Intérpretes_Roberto Alagna, Nathalie Manfrino, Marc Barrard, Nicolas Courjal.
Real Orquesta Sinfónica de Sevilla.
Coro de la A. A. del Teatro de la Maestranza (Dir.: Julio Gergely).
Dirección musical_ Pedro Halffter.
Lugar Teatro de la Maestranza.
06-06-2009
CARLOS TARÍN
Lunes, 08-06-09
ABC de Sevilla
Casi de orilla. Después de dos espectáculos operísticos como «Fanciulla» y «Tristán», se ha terciado precipitadamente estos «Pescadores», resultando lo contrario que las anteriores: de una medianía notable.
La estrella era Alagna, que siempre quiso serlo (llegó a entrar y salir mil veces, saludando a gente entre el público, como en una función escolar). Alagna llegó al Maestranza en la Expo con la mítica «Traviata» de La Scala de Muti, y nos fascinó. Sigue conservando un registro bien colocado, hermoso, peculiar, partiendo de un cierto volumen. Pero ya dejaba ver flecos a cada paso: una mala terminación de la frase aquí, un fraseo indeciso allá, aunque el conjunto era más que aceptable. Pero finalmente tuvo que enfrentarse al ogro de la obra: «Je crois entendre encore», látigo de tenores que no estén en plenitud. La que le hubieran armado en La Scala si canta así la conocida romanza. Algunos usan el falsete -y en un caso extremo- en «ivresse», donde está lo peor, en un altísimo «Si» pianísimo: Alagna decició cortar por lo sano, y lo hizo todo en mal falsete, excepto las notas más graves, con lo que los cambios de color se hicieron más evidentes. Añádase a ello inseguridad, miedo -suyo y nuestro- a no acabarla, notas idas... Nada que ver con su propia grabación, en la que emula el «falsettone» (en el «Si») de Alain Vanzo, sin perder el color; ni tampoco con los grandes que la consagraron: Caruso, Gedda, Kraus, Gigli, Di Stefano, Domingo, etc. Pero en vez del abucheo se encontró con un teatro enfervorizado, al que correspondió repitiendo la romanza (de forma igualmente impresentable).
Las demás voces no reaccionaron hasta el tercer acto. Apuros pasó la Manfrino en los agudos del primer acto y en el hermoso dúo del segundo; finalmente sí presentó un registro más cálido y seguro, apropiado.
Lo mismo pasó con Barrard, de canto aséptico hasta que se implicó plenamente en «L´orage s´est calmé», y su voz por fin se llenó de color, brillo y entrega.
Courjal mantuvo un tono terrible desde el primer momento, acaso siguiendo al pie de la letra la «terribilità» de su personaje.
El coro volvió al desajuste, algo que se notó más en las voces agudas, sopranos y especialmente en los tenores. Dirección desigual de Halffter, que parecía agotado tras el esfuerzo del «Tristán. Un público extraño se mezcló con el habitual, tirando cosas, aplaudiéndolo todo (con el espectador que acabó con el final del «Tristán» a la cabeza, convertido ya en el Manolo el del bombo del Maestranza), grabando con cámaras, entrando antes del bis... para marcharse -una parte de él- en el descanso, pensando que la obra había acabado.
1 comentario:
Vaya! Me alegro muchísimimo de encontrar alguien que vió (y sobre todo, lógicamente, OYÓ)la misma versión de "los pescadores de perlas" que yo. Pasé auténtica vergüenza ajena en varios momentos. Tantos "bravo" y aplausos....¡¡¡Dios mío!!!
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