ABC de Sevilla
Miérc
oles , 13-01-10
Mañana se estrena en el Teatro de la Maestranza la zarzuela «Los sobrinos del Capitán Grant», de Manuel Fernández Caballero, basada en la obra «Los hijos del Capitán Grant», de Julio Verne, en una versión realizada por Paco Mir que con toda seguridad no dejará indiferente a nadie. El escenógrafo catalán, ganador de dos premios Max, ha convertido la obra estrenada en 1877 en una especie de gran comic, inspirado en las novelas de Tintín, para acercarlo al público actual, proporcionándole una gran riqueza visual y colocando sobre el escenario a más de 115 personas en algún momento de la representación. Mir le ha quitado también al texto original algunos monólogos («tenía demasiados») y los términos arcaicos. Asimismo, ha tenido que suprimir algunas escenas como la de un volcán que explotaba («la quité y no pasó nada», dijo ayer) y «condensar» en dos partes una obra que inicialmente tenía tres. Todo ello la ha convertido, según Mir, en «una obra muy divertida y visual que gustará tanto a mayores como a pequeños». «Se trata de una gran zarzuela, aunque complicada: si las reposiciones se cuentan por éxitos es porque que cada vez se aportan nuevas cosas y se hacen cambios para que la gente no se aburra», añadió.
Bravo por el Coro
Por su parte, el director musical de la obra, Miguel Roa, sostiene que en esta versión «se pasa al lado castizo y los personajes son gente popular en busca de un hipotético tesoro». Roa, que dirige los títulos de zarzuela del Maestranza desde hace 16 años, recordó que «Los sobrinos del Capitán Grant» fue la primera obra que vio sobre un teatro, «allá por 1949», y destacó la calidad de la Orquesta Sinfónica y la juventud y el buen hacer del Coro del teatro, al que le corresponde una labor fundamental en este título de Fernández Caballero. De la música dijo que es «la más emblemática de su autor», que colaboró con Federico Chueca, Tomás Bretón y el sevillano Jerónimo Jiménez, el cuarteto musical más castizo del XIX.
Fernández Caballero, según Roa, fue un «vividor que se comía las ostras en sopa y así murió, ciego y con gota, pero disfrutando mucho y siendo uno de los grandes autores de su clase». El director que llevó «Luisa Fernanda» a la Scala de Milán, la primera zarzuela que pudo verse en el mayor templo lírico de Italia, defiende la vigencia del llamado «género chico». del que dijo «atraviesa un momento excepcional, pues nos llaman de todos los teatros de la ópera del mundo».
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