Ópera en tres actos.
Personajes
Minnie, la dueña de Taberna Polka (soprano)
Dick Johnson/Ramerrez, jefe de una banda (tenor)
Jack Rance, sheriff (barítono)
Nick, camarero en la Taberna Polka (tenor)
Ashby agente de Wells Fargo (bajo)
Sonora (barítono)
Trin (tenor)
Sid (barítono)
Bello (barítono)
Harry (tenor)Joe (tenor))
Happy (barítono)Larkens (bajo
Billy Jackrabbit, un Indio (bajo)
Wowkle, su novia, la criada de Minnie (mezzo-soprano)
Jake Wallace, un cantante (barítono)
Castro, un miembro de la banda de Ramerrez (bajo),
Un conductor de Pony Express (tenor)
INSTRUMENTACIÓN
Piccolo, 3 Flautas, 3 Oboes, 3 Clarinetes, Clarinete Bajo, 3 Fagotes, Fagot Bajo
4 Trompas, 3 Trompetas, 3 Trombones, Trombón Bajo
Timbales, Triángulo, Tambor, Tam-Tam, Plato, Celesta, Campana, 2 Arpas
Cuerda
En el escenario:
Arpa,Campanas tubulares
Maquina de viento
Lugar y época: Un campamento de buscadores de oro en California, a mediados del siglo XIX.
Argumento: En el campamento de buscadores de oro, la tabernera Minnie desempeña un papel particular. Es el ángel bueno de todos, pero además es una auténtica fanciulla del West, una verdadera «chica del Oeste», que cabalga magistralmente, sabe utilizar el revólver y conoce todos los trucos de las cartas. El ambiente del Oeste «salvaje», el mundo cruel, sin leyes y sin contemplaciones de los buscadores de oro de California aparece descrito con brillantez. Para muchos de estos hombres, Minnie significa algo más. Aman sus modales bruscos y la desean. Un hombre llamado Dick Johnson entra en su local. Se conocen de antes y se gustan. En realidad, él es el tristemente célebre bandido Ramírez, que planea dar un golpe allí mismo, donde los buscadores de oro suelen guardar sus hallazgos. En el campamento se difunde la noticia de que el bandido se encuentra en las proximidades, y el sheriff se pone tras sus huellas. Minnie reconoce a Ramírez, pero ofrece un refugio al herido, incluso lo oculta con apasionado amor cuando el sheriff está a punto de capturarlo. Sin embargo, desde la habitación de Minnie, situada sobre la taberna, gotea la sangre del bandido. Minnie se arroja ante la puerta por la que el sheriff quiere llegar a donde está el bandido buscado. Le propone una partida: la apuesta es la vida de Ramírez. Minnie hace trampas y gana. La vida del bandido le pertenece. Pero, poco después, los buscadores de oro lo capturan y quieren colgarlo. Minnie debe intervenir una vez más. Recuerda a cada hombre lo que hizo por ellos; les recuerda la parábola bíblica del pecador arrepentido. Los rudos hombres se dejan convencer por estas emotivas palabras. Dejan libre al bandido, que parte con Minnie para comenzar en otro lugar una vida nueva y mejor.
Fuente: Mucho antes de que el cine se apoderase del «salvaje Oeste», lo hizo la novela. Y David Belasco, basándose en un título de Bret Harte, redactó una conmovedora obra de teatro que Puccini vio en un viaje a Estados Unidos. Es posible que el contraste entre el ambiente rudo y la magnífica figura de Minnie lo animase a poner en música esta obra.
Libreto: Dos autores jóvenes, Carlo Zangarini y Guelfo Civinini, redactaron un libreto de efecto seguro, con una buena pintura del ambiente. Dieron al bandido el nombre hispánico de Ramírez, que de todos modos estropearon escribiendo a la manera norteamericana, «Ramerrez».Música: No es un Puccini «más flojo», sino un Puccini nuevo. Y sin embargo, todos los elementos de esta «típica» ópera norteamericana aparecen ya nítidamente en obras anteriores: el tono de conversación, melódico y fluido; las descripciones pictóricas con la paleta de sonidos, que se desarrollan de una manera particularmente expresiva; el refinamiento de una orquestación utilizada de manera variada y siempre muy sonora, y que sin embargo en cada instante suena como un «auténtico Puccini». De todos modos, el esquema básico aparece un poco modificado: las óperas anteriores conducían, mediante transiciones relativamente breves, de un aria a otra aria o a un dúo; eran inevitables, particularmente en las primeras épocas de la ópera, sobre todo en Italia, las numerosas interrupciones causadas por los aplausos. En La fanciulla del West se arrincona casi completamente esta forma en beneficio de una «composición continua». Sólo un aria se puede cantar aislada: el aria para tenor «Ch'ella mi creda», que es una de las perlas del repertorio de concierto que desean los cantantes. En cambio, se podría afirmar que la tensión provocada por la música en casi ningún otro lugar es más fuerte que en esta obra. Escenas del «salvaje Oeste» subrayadas por la música: era algo nuevo. Es cierto que Puccini puso música a caracteres «nuevos», pero no del todo. El esquema «diva-amante-intrigante» que aparece en La fanciulla del West (con algunos estudios de caracteres desacostumbrados) ya está configurado fundamentalmente en Tosca. Una ópera fuerte que muestra a Puccini (después de cuatro obras que parecen haber fijado definitivamente su «estilo») recorriendo caminos insólitos. Bien representada, tiene asegurado el interés provocado por el suspenso, pero también la alegría puramente musical de los oyentes.
Historia: La gran sensación, un estreno de Puccini en el «Nuevo Mundo», dio el 10 de diciembre de 1910 al Metropolitan Opera House de Nueva York el «espaldarazo» que tal vez le faltaba en la opinión de los viejos expertos operísticos. Demostró que tenía tantas cosas positivas para poner en la balanza como cualquier otro teatro del mundo. Sobre todo Caruso en el papel del bandido-amante, Emmy Destinn en el de Minnie, Pasquale Amato en el sheriff Jack Ranee. Las entradas se agotaron semanas antes del estreno, y el teatro, para poder hacer frente a la picaresca, tuvo que organizar un sistema propio contra la reventa de entradas. Además, para poder satisfacer la colosal demanda, hubo antes del estreno dos ensayos generales con espectadores invitados. Puccini estaba profundamente impresionado, como lo estuvieron durante décadas todos los otros grandes compositores europeos que viajaban a Estados Unidos. No se cansaba de contar una y otra vez en cartas y verbalmente la impresión casi «de cuento de hadas» que le produjeron la representación y el público. Estados Unidos se acercaba a la cima de su posición mundial. Y Puccini solía terminar sus descripciones con la siguiente frase: «¿Os imagináis en medio de esta atmósfera de cuento de hadas al pobre organista de Lucca?». El pequeño y pobre organista de Lucca: eso es lo que había sido él veinte años antes. En ese momento estaba entre los más celebrados compositores de ópera, por cantidad de representaciones y también por éxito de público. Significaba una victoria sobre los «expertos», que sólo lo admitían a regañadientes y no perdían ninguna ocasión para atribuir su posición al gusto dudoso de los amantes de la ópera
Metropolitan Opera House, Nueva York
10 de Diciembre de 1910
Jack Rance: Pasquale Amato
Director: Arturo Toscanini
Imágenes del estreno en el Met
Pasquale Amato como Jack Rance
Escena del Acto III de "La Fanciulla del West", en el estreno mundial, producción del Metropolitan de Nueva York, temporada 1910-1911.
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