jueves, 1 de octubre de 2009

El Maestranza presenta por primera vez en España «La mujer silenciosa», de Strauss

ABC de Sevilla
JESÚS ÁLVAREZ. SEVILLA
Jueves, 01-10-09
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Al igual que hiciera con «Lulú» , de Alban Berg (ahora en el Teatro Real, que sigue así la estela de Sevilla) o con «Der ferne Klang», de Frank Schreker, el Teatro Maestranza, de la mano de Pedro Halffter, trae a su escenario el próximo sábado a una ópera nunca vista hasta ahora en España, en este caso, «La mujer silenciosa», de Richard Strauss, una comedia musical que entronca con la ópera bufa de tradición italiana «que se ríe de todo y de sí misma», según Halffter. Para comprobarlo no hay más que acudir a su argumento: el acaudalado Sir Morosus, un noble que aborrece cualquier tipo de ruido, recibe en su casa a su sobrino Henry, acompañado por un conjunto de ópera en el que se encuentra su novia (presentada como esposa) Aminta. Las molestias que le causan son tantas que Sir Morosus decide desheredar a su sobrino y buscar una esposa que le aporte tranquilidad y aquí empieza la comedia de enredo de la que es responsable su sobrina Al final se casa con Aminta, la, en apariencia, más «silenciosa» que resulta ser finalmente una cantante de ópera.
Persecución nazi
Esta obra se estrenó en 1935 en Dresde, después de que los dirigentes nazis le pidieran a Strauss que quitase del cartel a su libretista, el escritor austríaco de origen judío Stefan Zweig, a lo que aquél se negó. En represalia por su negativa, ni Hitler ni ningún otro jerarca del III Reich acudió al estreno y a la tercera función se suspendieron las representaciones. La Gestapo descubrió al poco tiempo que Strauss seguía colaborando en secreto con Zweig y fue obligado a dimitir de la presidencia del Reichmusikkammer, el organismo nazi que gestionaba todo lo relacionado con la música en Alemania.
La ópera es una coproducción de Viena y Dresde y tiene un gran nivel de exigencia vocal, circunstancia a la que su director musical y director titular de la Sinfónica de Sevilla (Ross), Pedro Halffter, atribuye las pocas representaciones que se han celebrado de este título durante los últimos 70 años. «Era muy difícil lograr un reparto adecuado, ya que al tenor -afirmó- «se le exigen 39 sí bemoles y es la única ópera que, mientras el bajo hace un re bemol bajo otra voz, al mismo tiempo, hace un re bemol agudo». No obstante, se ha estrenado recientemente en Viena, Dresde y, últimamente, en París, desde donde desembarca en Sevilla.
El bajo Franz Hawlata (Sir Morosus» asegura que la partitura «está escrita buscando los límites de los cantantes», mientras que para el joven tenor Berhard Berchtold (Henry Morosus, sobrino de Sir Morosus), «Strauss la escribió para la voz». Julia Bauer («Aminta») decía a ABC que es el papel más difícil de su carrera.
Para Halffter esta obra «tiene todas las dificultades de «El caballero de la rosa» más las de «Ariadna of Naxos»» y que la Sinfónica, para poder interpretarla, ha tenido que hacer «un trabajo intensivo» para adaptarse al idioma de Strauss, «más camerístico y recogido de lo habitual», según Halffter.
El director de la Sinfónica de Sevilla se declara enamorado del libreto del autor austríaco, del que dice que es «el mejor libreto operístico desde ´Las noches de Fígaro´». Para Marco Arturo Marelli, el director de escena de «La mujer silenciosa», la mejor obra de Stefan Zweig es «El mundo de ayer», sus memorias, en las que refleja de forma prodigiosa la difícil situación que vivieron tanto él como Strauss en el momento de estrenar esta obra.
Sobre el argumento de la obra, Marelli aseguró que «es mucho más que una ópera bufa; es una ópera sobre la tolerancia», mientras que para Halffter es una muestra de la mejor manera de enfrentarse a la vida, «sabiendo reírse de todo y, sobre todo, de uno mismo». Esa visión, en opinión del director musical, justifica hasta la ironía del título, que «La mujer silenciosa» sea una cantante de ópera.

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