jueves, 4 de junio de 2009

"Si te gusta un papel tienes que lanzarte, igual que cuando te atrae una mujer"

Roberto Alagna interpreta el sábado en el Maestranza, con Nathalie Manfrino, 'Los pescadores de perlas'

'Los pescadores de perlas', de George Bizet.

Teatro de la Maestranza.

Sábado, 20:30.

Últimas entradas disponibles entre los 22 y los 60 euros.

Braulio Ortiz
Diario de Sevilla
04.06.2009

Nathalie Manfrino y Roberto Alagna, en el Maestranza.

El tenor Roberto Alagna, una de las voces más populares y demandadas de la ópera actual, manifestó ayer que es "la pasión" la clave que le ha permitido evolucionar en su trayectoria. "Al principio decía que quería cantar en francés y la gente me respondía que tenía una voz muy italiana", explica este intérprete galo descendiente de sicilianos. "Pero si te gusta un papel", opina, "hay que cantarlo. Es como si te gusta una mujer, tienes que conquistarla". Alagna, que visitó el Teatro de la Maestranza en los comienzos de su carrera, vuelve el sábado al mismo escenario para interpretar en concierto la ópera de Bizet Los pescadores de perlas, una propuesta en la que también participan la soprano Nathalie Manfrino, el director Pedro Halffter y la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla.

Los pescadores de perlas es, para Alagna, una ópera "muy exigente" en la que "hay que crear una atmósfera" y que requiere "voces muy fuertes: es difícil para la soprano, exige un tenor muy delicado y es el desafío más complejo para un barítono". De hecho, la dificultad de algunos fragmentos de esta historia de amor entre el pescador Nadir y la sacerdotisa Leila, recuerda Alagna, abruma a algunos compañeros de profesión. "Estuve cantando La Bohème y al mismo tiempo se representaba Los pescadores de perlas. Giuseppe Sabatini, que encarnaba a Nadir, me confesó que era la primera vez que hacía esta ópera, pero que no volvería a interpretarla nunca más", revela. Nathalie Manfrino, por su parte, también contempla su papel, el de "un personaje que tiene mucha fuerza", como un reto en el que hay que interpretar "frases muy agudas" y afrontar el intenso dramatismo de algunos pasajes.

Casi tres años después de protagonizar titulares por abandonar una representación de Aida en La Scala de Milán, Alagna habla sin reparos de aquel episodio, responde a las cuestiones que se le hacen con una carismática llaneza. "De aquello no tuvo la culpa el público. Mi relación con los espectadores es fantástica. Éstos saben que soy un hombre natural con la gente, muy abierto. No canto para demostrar nada ni para dar lecciones", puntualiza. "Soy como un pájaro en el árbol. Si te gusta el canto del pájaro, estupendo. Pero si no te gusta, y puedes aparecer con una escopeta, el pájaro no está cómodo", compara con humor.

El intérprete regresará al Maestranza en noviembre con Cyrano de Bergerac, de Franco Alfano, un personaje por el que siente debilidad y que percibe como una "terapia" para sus inseguridades. "Todos tenemos un complejo. Y lo fantástico de Cyrano es que no dice: Tengo esta nariz y voy a matarme. Piensa, al contrario: Tengo esta nariz pero voy a ser admirable".

Por otro lado, el director artístico de la ROSS, Pedro Halffter, admite que la exitosa experiencia de Tristán e Isolda ha fortalecido a los integrantes de la orquesta. "El maestro Barenboim declara que tocar una ópera como ésa es muy bueno para enfrentarse a otros trabajos, te da una enorme ductilidad", apunta. El idilio entre el público sevillano y la formación se prolonga: después de los llenos registrados con la ópera de Wagner, las entradas para Los pescadores de perlas están, informa Halffter, "casi agotadas". Y es muy probable que se repita ese aplauso, caluroso y atípico, que Roberto Alagna confesó recordar de su paso por Sevilla, en 1992, con La Traviata.

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